La contaminación del aire a
pequeña escala siempre ha estado entre nosotros. Según un artículo de 1983 de
la revista Science: hollín hallado en el techo de cuevas
prehistóricas proveen amplia evidencia de altos niveles de contaminación
que estaban asociados a una inadecuada ventilación de las fogatas.
Primeros registros de la
contaminación.
El forjado de metales parece ser el
momento de la aparición de contaminación del aire fuera del hogar. Según
investigaciones realizadas sobre muestras obtenidas en capas de hielo de
los glaciares de Groenlandia, se observan incrementos en la
aparición de metales (contaminación) asociados a los periodos de producción de
metales de las
civilizaciones griega, romana o china. Estas observaciones
se pueden hacer mediante el análisis de las burbujas de aire contenidas en las
capas de hielo, (de arriba hacia abajo cada capa de hielo es un registro
histórico del la atmósfera), comparando burbujas atrapadas en el hielo hace
miles de años con muestras de la atmósfera actual, se obtienen las
concentraciones para cada periodo. Cuanto más profundo es obtenida la muestra
más antiguo será el registro de la atmósfera.
En 1272 Eduardo I de Inglaterra en una proclamación prohibió
la quema de carbón en Londres, cuando la contaminación
atmosférica en la ciudad se convirtió en un problema.
La contaminación del aire continuó siendo un problema en Inglaterra,
especialmente con la llegada de la revolución industrial. Londres también
registró uno de los casos más extremos de contaminación del agua con aguas
residuales durante el Gran Hedor del Río Támesis en
1858, esto dio lugar que poco después a la construcción del sistema de
alcantarillado de Londres. Fue la revolución industrial la que inició
la contaminación como un problema medioambiental. La aparición de grandes
fábricas y el consumo de inmensas cantidades de carbón y
otros combustibles fósiles aumentaron la contaminación del
aire y ocasionando un gran volumen de vertidos de producto
químicos industriales al ambiente, a los que hay que sumar el aumento de
residuos humanos no tratados.
En 1881 Chicago y Cincinnati fueron las dos primeras
ciudades estadounidenses en promulgar leyes para garantizar el aire limpio.
Otras ciudades estadounidenses siguieron el ejemplo durante principios del
siglo XX, cuando se creó un pequeño Departamento de Contaminación del
Aire, dependiente del Departamento del Interior. Los
Ángeles y Donora (Pensilvania) experimentaron grandes cantidades
de smog durante la década del 1940.
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